Los famosos también tienen gases. Abajo del escenario, cuando ya las luces no los encandilan, todos son gente como cualquiera. Van al baño, tienen diarrea cada tanto, les duele la muela, les sale pie de atleta, les transpiran sus intimidades.
Los famosos, además de desear que los idolatren, también desean tener un poco de vida común y anónima. Algunos más que otros.
En San Martín, la comuna ha invertido mucho dinero para atraer turismo. “No tenemos montañas, ni lagos, ni playas. Entonces tenemos que generar atractivos”, dice cada tanto, el intendente Jorge Giménez.
Lo que no sabe el jefe comunal es que los turistas famosos vienen a San Martín no por su comodidad o su belleza. Vienen buscando intimidad y a visitar a un perfecto desconocido: Juan Pablo.
Como prueba, miremos:
Karina, la forzada rubia bailantera, ex novia del Kun Agüero, solo llegó a San Martín para tirarse un rato en el sillón del estudio de este muchacho y charlar un rato con él.
Charlie García se hizo un rato para comerse un asado en su pequeña finca que, vaya a saber por qué, todos conocen como “La Lechonera”.
El Indio Soliari, cada vez que pasa por Mendoza, parece que no puede dejar de pegarse una vueltita.
Enzo Francescoli no se ha quedado atrás.
Incluso Hollywood tiene un secreto muy bien guardado: La famosa pelota Wilson, originalmente, no existía en la película de Robert Zemeckis, “El náufrago”. La única compañía que tuvo el personaje de Tom Hanks en la isla desierta, fue este muchacho Juan Pablo Gianello. Después lo cambiaron por la pelota, porque temieron que el sanmartiniano se quedara con toda la fama.
Esta es la verdad, ni más ni menos.
Lo que dicen que todo es obra del photoshop, fantasean. Si no, basta con googlear en busca de algunos archivos periodísticos. Verán que allí cuentan las visitas a La Lechonera del Indio y de Bono, por ejemplo.
¿No lo creen? Bueno, el secreto es fantasear con convicción. Muchos viven muy bien de eso.
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