Hace un par de meses me mudé a un departamento, que queda en
un primer piso. La cuadra en donde está, tiene de todo. Es una cuadra más larga
de lo normal, de unos 130 metros.
La calle tiene mucho tráfico, las veredas árboles grandes y
la gente pasa sin mirar hacia arriba. El arriba no existe para nadie. El mundo
termina a la altura de la frente. No había notado eso, hasta ahora.
En mi cuadra hay de todo, para vivir. En una esquina hay una
peluquería y en la otra una funeraria. Entre medio hay un almacén, una casa de
tejidos de bebés, una dietética, un centro médico en donde hacen radiografías y
ecografías… En la vereda de enfrente hay otro almacén, un centro de diálisis,
una agencia de quiniela…
Mi cuadra tiene de todo. Uno puede vivir acá, sin salir a
ninguna parte.
Solo hay que tener cuidado e ingresar a cada negocio en el
orden que corresponde.
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